Caos y lío en el Giro de Italia, etapa 16 recortada a petición de los ciclistas
Etapa 16 Giro recortada
La etapa 16 del Giro de Italia se ha visto envuelta en caos debido a las condiciones climáticas extremas que han desafiado a los ciclistas y a la organización de la carrera. Con lluvias persistentes y temperaturas cercanas al punto de congelación, los corredores han expresado su preocupación a través del CPA.
Este episodio reabre el viejo debate sobre si el ciclismo moderno debe seguir por la linea de proteger a los deportistas o se está volviendo demasiado blando y minimiza el espectáculo y atractivo de disfrutar de etapas épicas para el aficionado.
La jornada comenzó con polémica en Livigno, donde los corredores se encontraron con lluvia y temperaturas cercanas a los cero grados. A través de la Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA), pidieron la activación del protocolo de temperaturas extremas. Ante la situación, RCS, la empresa organizadora, inicialmente quiso seguir con el plan establecido, aunque ya había cancelado la subida al Stelvio días antes.
El punto de conflicto principal fue el Giogo di Santa Maria, un puerto de 16,7 km con una pendiente media del 7,1% y rampas máximas del 15%. Finalmente, después de una larga reunión entre los organizadores y los ciclistas, se decidió que la carrera comenzaría en Prato dello Stelvio, pasando el puerto en coche, reduciendo la etapa a los últimos 120 kilómetros del recorrido original.
Ben O’Connor, cuarto en la general, criticó abiertamente a la organización: «Los organizadores son unos dinosaurios y yo no quiero competir en esta situación. Me gustaría ver a los organizadores en la posición de los ciclistas cuando dicen que subir con la bici al primer puerto». Por otro lado, Tadej Pogacar adoptó un tono más conciliador, destacando el peligro que supone correr bajo la nieve para la seguridad y la salud de los ciclistas.
